Completo en Dios
La vida cristiana es algo emocionante, vibrante y más que todo, llena de paz, gozo, propósito y sentido. Este estado de bienestar inicia con el proceso de la salvación, pero continua en nuestro proceso de crecimiento espiritual y andar con Dios, recibiendo de Él todo lo que necesitamos para poder experimentar esa plenitud todos los días y que podamos vivir una vida que marque la diferencia. No solo Dios nos da lo que necesitamos para apenas sobrevivir, sino que Él se compromete a añadir cosas que no son necesarias, pero nos dan sentido de plenitud.