En nuestra relación con el grandioso Espíritu Santo, no solo se trata de la obra que Él hace en nosotros, sino también incluye nuestra decisión firme de no mentirle, no ofenderlo, no insultarlo, no apagarlo y no entristecerlo.
En nuestra relación con el grandioso Espíritu Santo, no solo se trata de la obra que Él hace en nosotros, sino también incluye nuestra decisión firme de no mentirle, no ofenderlo, no insultarlo, no apagarlo y no entristecerlo.