Conocer, amar y servir a Jesús

Juan Carlos Pérez Gómez

Jesús tuvo esta conversación con sus discípulos en Marcos 8:31-38 en donde los estaba llamando a tomar una decisión radical, una decisión que requería un compromiso.

“Luego comenzó a enseñarles: —El Hijo del hombre tiene que sufrir muchas cosas y ser rechazado por los ancianos, por los jefes de los sacerdotes y por los maestros de la ley. Es necesario que lo maten y que a los tres días resucite.

Seguir a un líder sabiendo que tendremos que sufrir, ser rechazado y posiblemente morir en el intento no es muy prometedor, pero es el camino que nos lleva a una vida de transformación.

Entonces llamó a la multitud y a sus discípulos.—Si alguien quiere ser mi discípulo—les dijo—,que se niegue a sí mismo, lleve su cruz y me siga. Porque el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa y por el evangelio la salvará. ¿De qué sirve ganar el mundo entero si se pierde la vida? ¿O qué se puede dar a cambio de la vida? 

Jesús pone una barra muy para poder ser sus seguidores. Lo primero es que tiene que ver con el deseo: «Si alguien quiere”. La respuesta a esto será el amor que Él inició. Lo segundo es la Negación, “que se niegue a sí mismo” Yo no hago lo que yo quiero, hago lo que Jesús quiere, y lo tercero es la muerte: » lleve su cruz”, Él te está diciendo: «estás dispuesto a comprometerte conmigo”. 

Un discípulo es alguien que aprende y se vuelve como su maestro. Vamos a ser completamente como él.

Ser cristiano significa que tu tomas de esa fuente y decir  «Yo estaba muerto y ahora estoy vivo». No solamente tratas de imitar, si no entras a profundizar y aprender más.  No sería una vida de transformación y de cambios si solamente busco a cristo por conveniencia. El es la vida, en Él hay libertad.

El compromiso forma nuestro carácter y da forma a nuestra identidad.

«Un compromiso es enamorarse de algo y luego construir una estructura de comportamiento a su alrededor para esos momentos en que el amor no titubea, no está firme, cuando hay dudas”. 

Hay un «momento decisivo en cualquier relación” que lleva a un compromiso. Es este compromiso es el que te lleva a producir frutos en tu vida.

Aplícalo a tu vida

  • Evalúa el nivel de compromiso que tienes con el Señor.

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